El Indicador de Confianza del Consumidor cerró el año en 77,7 puntos sobre 200, su valor más bajo en el cierre de un año desde 2014. Este indicador, que mensualmente publica el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), recoge opiniones de la situación actual de la economía familiar y de la situación laboral, y también de las expectativas que tienen las personas cara al futuro.
En relación con el mes de diciembre del pasado año la evolución es claramente negativa. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) desciende desde diciembre del pasado año 13,2 puntos, con una pérdida en términos absolutos para la valoración de la situación actual de 13,3 puntos y de las expectativas, que ofrecen un descenso prácticamente igual, de -13 puntos. En términos porcentuales el perfil de la evolución registrada es muy similar, con un descenso del ICC de un 14,5% como resultado de la pérdida del 15,9% en la valoración de la situación actual y de la caída del 13,2% en las expectativas.
Tanto el ICC, como los propios índices de situación actual y de expectativas, pueden tomar valores que oscilan entre 0 y 200. Por encima de 100, indica una percepción positiva de los consumidores y por debajo de 100 una percepción negativa. Es decir, que una puntuación de 77 es claramente negativa para la economía.
Observando el gráfico que acompaña la información, se puede ver cómo en los años 15, 16 y 17 el indicador se situaba por encima de los 100 puntos y, por lo tanto, en valores negativos.
Este indicador, que hasta hace uno años elaboraba el Instituto de Crédito Oficial, suele tomarse como un pulso de cómo están las familias españolas. Refleja que la mayoría ve que la situación actual es peor que la de hace seis meses y que tampoco ve una posibilidad clara de mejora en el próximo medio año.
El Centro de Investigaciones Sociológicas elabora este indicador con una serie de entrevistas telefónicas mensuales que se realizan sobre una muestra de más de 2.000 personas.
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