El IPC sube en junio un 2,8% en Álava y se mantiene en máximos de los últimos años
Desde el pasado 2017 el Índice de Precios al Consumo (IPC) en Álava no mostraba valores de variación anual tan altos como los de ahora. El dato que ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística indica que los precios tuvieron una variación anual del 2,8 por ciento en Álava, es decir, que la mayor parte de los productos que consumimos habitualmente han subido de precio en el último año.
La variación de los precios en junio en Álava es superior a la media nacional, que se situó en el 2,7 por ciento. En cuanto a la comparación regional, los precios subieron en junio en el País Vasco una media del 2,9 por ciento. Según el Instituto Nacional de Estadística, la subida de los precios de la electricidad y de algunos alimentos son los que han hecho que se incremente este indicador.
La relevancia de este dato no está solo en el gasto que empresas y consumidores tienen que hacer. En realidad, la variación del IPC es trascendente porque afecta a convenios colectivos (subidas salariales), precios de alquileres, pensiones… Estos usos del IPC suelen hacerse con el dato anual, por lo que habrá que ver cómo evoluciona este indicador en los próximos meses.
Desde el inicio del año los precios han ido subiendo de forma progresiva, pero ha sido en estos tres últimos meses cuando más se ha incrementado el IPC. Hay una parte que es imputable a la caída generalizada del pasado año, pero otra se debe al alza de los precios en algunos productos, como es el caso de la electricidad, que en el mes de junio ha marcado máximos históricos.
Hay muchas interpretaciones teóricas para evaluar las variaciones del IPC. En líneas generales se entiende como un buen síntoma económico que haya un crecimiento del PIB con una inflación controlada. Además, una inflación positiva supone que los precios suben por lo que las empresas que venden esos productos pueden ingresar más, si bien también tendrán que pagar más por las materias primas y por los salarios.
En cambio, cuando el IPC presenta valores negativos puede significar que hay que bajar los precios para poder vender los productos, lo que no es un buen síntoma para la salud económica de un determinado territorio.