EVOLUCIÓN DEL IPC EN ÁLAVA
IPC en Álava sigue en negativo por tercer mes consecutivo
El Índice de Precios al Consumo (IPC) marcó su tercer mes en negativo en Álava, tras una caída interanual del 1,1 por ciento, más pronunciada que la que se dio en el global de Euskadi (-0,7) y la que ha tenido lugar en el conjunto de España (-0,9).
En principio, una inflación en negativo suele asimilarse a situaciones positivas tanto para los hogares como para las empresas. En el primer caso, paga los productos más baratos y los sueldos, al verse revisados anualmente, mantienen su posición. En este caso, con la crisis del Coronavirus, muchos hogares han visto cómo se han reducido sus ingresos en los últimos meses, por lo que una caída de los precios no supone tener más dinero disponible.
Para las empresas, un IPC negativo también supone un ahorro en los costes de producción, si bien la venta de productos también reportará menos beneficios. En esta situación, muchas empresas tienen que vender productos que se han producido con materias primas adquiridas antes de la crisis, por lo que la situación tampoco parece muy positiva.
Es decir, que en este caso, una inflación negativa no parece que sea especialmente positivo, aunque indudablemente ayudará a la recuperación mucho más que si la inflación fuera positiva.
Además, una inflación en negativo durante mucho tiempo genera incertidumbre y suele anticipar una caída en el consumo, además de generar problemas macroeconómicos en el pago de la deuda pública, que aumenta en su porcentaje del PIB, al ser este cada vez más bajo.
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