El Producto Interior Bruto de Euskadi cayó un 9,5 por ciento durante el año pasado, marcado obviamente por la crisis del Coronavirus. Es la primera caída que se da en seis años y la más acusada de las últimas décadas; hasta ahora ese récord estaba en el año 2009 cuando la economía cayó entorno al 5 por ciento con respecto al año anterior.
El balance que ofrece el Instituto de Estadística de Euskadi (Eustat) es todavía provisional y hasta el próximo mes de marzo no se conocerá el valor definitivo. Lo que es evidente es que este dato rompe con la tendencia positiva que se había iniciado en el año 2014, con continuas subidas, destacando la de 2018, cuando el PIB se elevó por encima del 4,3 por ciento con respecto al año anterior.
La caída más acusada de este año se produjo en el segundo trimestre del año, cuando la economía vasca perdió un 16,4 por ciento con respecto a los tres primeros meses del año. En el tercer trimestre, con la recuperación de la actividad, se detectó un incremento de récord (+15,5 por ciento) y en el cuarto trimestre también ha habido un ligero repunte (+0,5%). Estos datos son en comparación con el trimestre anterior. En tasas interanuales (comparado con el mismo trimestre de 2019), la caída en el segundo trimestre llegó hasta el 19 por ciento, mientras que en el tercer y cuarto trimestre del año la caída ha estado alrededor del 7,5 por ciento en cada caso.
Estos datos tan negativos tienen una correlación con el empleo, algo obvio cuando se produce un descenso tan acusado en la producción de bienes y servicios. Se estima que la caída del empleo se situará en torno al 8,1 por ciento, si bien este descenso se podía haber visto mitigado por herramientas como los ERTES.
Ahora hay que ver si la pandemia comienza a remitir y si la recuperación económica es tan directa como indican la mayor parte de las previsiones macroeconómicas que hablan de crecimientos de récord para el año 2021, siempre en comparación con el año 2020.
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