Apenas un tercio de los cargos de alta dirección en Euskadi están ocupados por mujeres
La brecha género en Euskadi sigue presente cuando hablamos de puestos de trabajo con máxima responsabilidad. Apenas un tercio de los cargos de alta dirección en el País Vasco están ocupados por mujeres. Es un cifra que está en sintonía con lo que se da en otros lugares de España, pero el caso es que una cifra similar a la que se ha dado en los últimos años, es decir, que no se ha avanzado nada en los últimos años.
Los últimos datos difundidos por el Instituto de Estadística de Euskadi (Eustat) indican que el 31,43 por ciento del os cargos de alta dirección en el País Vasco estaban ocupados por mujeres. Este porcentaje alcanza el 34,23 en el caso de los cargos directivos.
La brecha de género es un mal endémico en toda Europa, según demuestran diversos informes. De hecho, hay países donde la situación es todavía más grave que en España, como es el caso de Austria, República Checa, Italia o Portugal, donde apenas el 10 por ciento de los cargos directivos estaban en manos de mujeres.
La forma de acabar con estas desigualdades es complicada. Uno de los factores que sin duda influyen en el mantenimiento de estas desigualdades es que las grandes empresas siguen estando muy masculinizadas. La presencia de la mujer en puestos directivos es mayor en las pequeñas empresas (9,66%). Por el contrario su presencia es tímida en las medianas empresas (5,17%) y residual en las grandes corporaciones (1,57%).
Y entre los cargos directivos existentes, la brecha de género es todavía más acentuada en la dirección general. Según diversos estudios, las mujeres representan tan solo el 8,7% de las directoras generales de España. En cambio, el porcentaje se eleva al 41,4% en las categorías más bajas de dirección y se sitúa en el 27,5% en los mandos intermedios.
Ante una brecha de género que se acentuó durante la crisis económica y financiera de 2008 y que todavía no se ha recuperado, la Covid-19 amenaza con volver a disparar las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral. De hecho, los primeros datos de la actual crisis indican que las consecuencias laborales más graves las están sufriendo las mujeres.